La Trabucada
Desde el Rincón del Matrós queremos rendir un homenaje a todas las tripulaciones de botes de Vela Latina Canaria sin excepción, por su entrega y pundonor para mantener a flote, no solo su bote sino también su espíritu competitivo y su "nobleza en el bregar".
La trabucada es, en sí misma, la negación de un propósito.
El hombre, desde hace siglos y siglos se ha dedicado a "perfeccionar" cada vez más la estabilidad, estanqueidad, flotabilidad, velocidad, evolución y, fundamentalmente en los veleros, el adrizamiento de los barcos.
El hombre ha tomado nota de los distintos comportamientos que presenta la naturaleza, para ir creando una teoría que conduzca al aprendizaje de la mayor parte de las coincidencias y causalidades que se producen en las condiciones meteorológicas. De estas teorías aprendemos los que optamos por navegar, y mucho más los que optamos por hacerlo a vela.
Con el paso del tiempo y con la práctica habitual, leyendo adecuadamente los mensajes que contínuamente nos envía la naturaleza, vamos adquiriendo una "pericia" que nos conduce al aprovechamiento de las condiciones de viento y mar que en cada momento se nos ofrecen.
El punto de madurez, sin duda, de todo marinero, es aquél en el que siente a la naturaleza como aliada y él mismo se siente parte de ella.
Nunca un marinero maduro y macerado en agua salada, despotricará del viento ni de la mar, pues sabe que gracias al viento y la mar el mundo ha avanzado y también nos hace sentir más próximos al camino de la libertad.
Y puestos en este punto, cabe preguntarse entonces: ¿cuales son los enemigos del marinero?
La respuesta, lejos de estar en la mente de los grandes teóricos, de los pensadores o de los escasos humanos dotados de inteligencia sublime, está en nosotros, es simple y todos los enemigos se resumen en tres: La confianza, la arrogancia y la prepotencia.
La naturaleza nunca está en contra nuestra sino que, por el contrario, nos permite avanzar. Si estuviese en contra nuestra y no quisiese que avanzásemos, símplemente dejaría de soplar el viento.
No nos trabuca el viento; nos trabucan nuestros propios errores. La sabiduría pasa por aprender de ellos y de ir despojándonos de nuestros tres enemigos.
Hay que levantarse y seguir. Tal vez debamos pensar que los errores son imprescindibles para acertar.
Marinero de la Vela Latina, por tu esfuerzo y buen hacer te mereces un homenaje contínuo, como el que te proporciona cada fin de semana la naturaleza, ofreciéndote el disfrute, en una de las bahías mas bellas del mundo y unas embarcaciones que son joya y evolucionada tradición de nuestro pueblo.
Quiero compartir con todos este video que las casualidades y causalidades me han dado la oportunidad de grabar y montar, casi en tiempo real. Espero que lo disfruten.
http://www.youtube.com/watch?v=sqEpDTYrd40
Muy buen artículo, aplicable a muchos aspectos de la vida, enhorabuena a los marineros de la vela latina por su buen hacer y su disfrute. Bonito video.
ResponderEliminarUn abrazo
Ricardo Fdez.
Buena reflexión colega. Seguimos aprendiendo de ti.
ResponderEliminarCada semana nos das una nueva lección de respeto y buen trato por los temas.
Estoy de acuerdo contigo que una trabucada representa un fracaso. Pero una trabucada no es un hundimiento, según lo entiendo yo. ¿Querías decir eso?
Video muy bien montado y bastante oportuno.
enhorabuena.
seguidor