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lunes, 19 de abril de 2010

José "El Pelón"


el pelón

Genio y figura

José Hernández Ceballos "el Pelón" ha sido sin duda uno de los mureros insignes de la historia de la Vela Latina Canaria. Nace en el Refugio, en el año 1937 y sus dientes brotan entre las arenas de Las Canteras y los cabos de las chalanas del Sanapú.





Desde muy niño navega en botes de lata por la orilla de la playa y va asimilando rápidamente el arte de navegar, haciéndose amigo del mar, el viento y las olas, y aprendiendo a leer y escuchar los mensajes que éstos le transmiten. Así es que pronto ya se le podía ver navegando en el "Paca", bote de su familia materna, los Ceballos.




Hombre espigado y fibroso, pronto es requerido para que vaya a la amura de los botes "grandes". Así, en el año 1962 forma parte de la tripulación del Minerva, aunque su ilusión es ser murero del bote de su sangre, el Porteño. Pero no eran éstos unos años en los que fuese fácil desbancar a hombres como Ñoño, Ofelín, Juan Luís, Paco "el cambao", Ito, Tatero, Perico "el carnicero" o Antonio "Jallao", tripulantes duchos en el arte de la maniobra y que conformaban una tripulación casi perfecta.




En el año 1968 tuve el privilegio de conocer a este "supertripulante" que tenía en mis colecciones de estampas que salían en las cajas de tabaco y que mi padre me guardaba, junto a insignes deportistas como Luis Molowny, Tonono, Germán Dévora o Juanito Guedes, y patrones de botes como su tío Juan Ceballos "el comandante". Eran años duros de trabajo y en esos tiempos se dedicaba al Cambulloneo haciendo viajes en aquel barco de 12 metros en el que iba a Tenerife a llevar "no se que cosas" y traer cajas de refrescos bajo las que tambien traía "no se que otras cosas". Tambien realizaba viajes a El Aaiun, a llevar fruta. Siempre intentando buscarse la vida aunque, eso si, sin dejar de disfrutar de los placeres de la vida, pues como el dice "tenía fuerza pa too".




La mayor parte de su vida deportiva la pasó en el bote de su barrio, el Porteño, del que durante muchos años fué el murero, el táctico, el colocador de vela y no sé que cosas más. Pero tambien fué a lo largo de su vida marinero del Arenales, Minerva y Universidad.




Hace poco, conversando en el muelle deportivo, volvimos a recordar la regata "histórica" Portuarios-Porteño de aquella tarde de domingo.




La regata estaba prevista para celebrarse en la mañana del domingo, pero ocurrió que el dia anterior la madre del Pelón había fallecido. Por esta razón, dificilmente podría celebrarse dicha regata, pues la mitad de la tripulación del Porteño estaba emparentada con la fallecida, sus hijos José y Chaní sus hermanos Juan y Chano y parientes como Carmelo, Miguel, etc. No ocurría menos en el Portuarios con Tonilo Ceballos "manos largas" y sus hijos Tonilo, Cristóbal y Carlos. Se acuerda por ambas partes y el Comité que la regata se celebre en la tarde del domingo, despues del entierro. Presentes en ella hombres históricos como Pancho Tabaquero, Camilo, Paquito Moreno, Yoyo de la Torre, etc, formando parte del Comité, con la Batata y de la embarcación de apoyo "la Hucha".




El Porteño sale y rápidamente busca la bolina, aunque el Portuarios se va "en camino". Llegados a Cardoso y con la regata equilibrada, con ligera ventaja porteñista, cogemos una "buchá", "hasta la serreta". Fué precisamente "el Pelón", de ello doy fe, el que más animó y de los que más achicó, despues de Juan del hielo y un servidor, para poder seguir. Metida de nuevo la escota es cuando empieza nuestro personaje a poner de manifiesto sus virtudes estratégicas, virtudes que han quedado de manifiesto a lo largo de su dilatada vida de murero.




Es lo menos relevante, o tal vez no, pero la regata acabó ganándola el Porteño. La tripulación del Portuarios, a pesar de haber perdido, decide acompañar al Porteño hasta el muelle Santa Catalina, para agradecer juntos, a toda la afición que siguió la regata por tierra, el que les hubiesen acompañado en un día de tanta tristeza y de tanta emoción.




Cuando recuerdo estos momentos con "el Pelón" siento como se me ponen los pelos de punta. Observo de reojo que lo mismo le sucede al Pelón, aunque intenta disimularlo refugiándose detrás de sus gafas oscurecidas.

Le recuerdo lo duro que resultaba para los grumetes el poder navegar con él y lo reconoce, para añadir a continuación: "era pa que te esforzaras más en aprender"."¿aprendiste o no?". Mejor dejamos este tema, José.

Aun le podemos ver cada sábado a mediodía en la Plataforma del muelle deportivo para ver como está su "botito" y aconsejar a sus amigos de como mejorar la puesta a punto.



2 comentarios:

  1. Buena expresión del perfil de este gran murero y casi sabio de los botes.
    Me ha gustado la sensibilidad y delicadeza con la que has tratado algunas cosas de su trayectoria.
    A seguir por esa linea.

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  2. Entrañable y merecido reconocimiento. Además, tu prosa es invidiable.Se agradece tu labor divulgativa.
    Un saludo.

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